Ya no importa cada noche que esperé, cada calle o laberinto que crucé,
porque el cielo ha conspirado a mi favor y a un segundo de rendirme te encontré.
Piel con piel,
el corazón se me desarma. Me haces bien. Enciendes luces en mi alma.
Creo en ti y en este amor que me ha vuelto indestructible, que detuvo mi caída libre.
Creo en ti y mi dolor se quedó a kilómetros atrás.
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